Polvo del Sahara tiene efectos positivos en el ambiente
Científicos de la NASA y de las universidades de Maryland y Miami (Estados Unidos) han logrado documentar por primera vez en 3D la cantidad de polvo que viaja cada año desde el desierto del Sahara hasta la cuenca del Amazonas. El descubrimiento se da gracias a la aportación del satélite CALIPSO, propiedad de la NASA y del Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES por sus siglas).
El fenómeno transoceánico analizado ha pasado de ser una simple anécdota a ser un hecho, pues gran parte de la riqueza vegetal de la selva tropical depende de nutrientes encontrados en el polvo sahariano. El estudio ha sido publicado en el número del 24 de febrero de la revista Geophysical Research Letters de la de la Unión Geofísica Americana.
Según la investigación, al año se precipitan sobre el Amazonas unas 22.000 toneladas de fósforo procedente del Sahara. Esto representa una aportación sustancial de fertilizante que ayuda a mantener el equilibrio de la vida vegetal en la selva tropical.
El autor principal del estudio, Hongbin Yu, científico atmosférico de la Universidad de Maryland, detalló que la mayor concentración del fósforo detectado procede de la región cercana a la depresión de Bodele (Chad): una zona que en el pasado estuvo cubierta por un lago donde se acumularon rocas con gran cantidad de dicho elemento.
Cada año unos 182 millones de toneladas de polvo del Sahara son desplazadas por el viento hacia el Atlántico.
Los investigadores destacan que la cantidad de polvo que se registra en este fenómeno varía anualmente y que nuevos estudios serían necesarios para determinar si existen patrones a largo plazo o tendencias relacionadas con procesos como el cambio climático.
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