Rostros anónimos de la información del tiempo en Puerto Rico
El viejo reloj de pared marcaba las 11:18 p.m. cuando los primeros vientos de María comenzaron a entrar por el sur de la isla. Encerrados en un edificio rodeado de antenas, repleto de computadoras que proyectaban modelos meteorológicos, números, comunicados e imágenes de radar y satélite, el grupo de meteorólogos del Servicio Nacional de Meteorología de Puerto Rico (NWS-PR por sus siglas), sabía que los efectos del ciclón serían devastadores para el país.
Llevaban meses preparándose para distintos escenarios: se habían adiestrado para conocer lo último en cuanto a manejo de emergencias y pronósticos, acumulado suministros para varios días e incluso protegido su lugar de trabajo, en donde -aún sin saberlo- estarían atrapados por 36 horas luego del paso del poderoso huracán.
A pesar de todo lo que podían haber previsto, esta vez no se trataba de un simulacro. Un disco giratorio pintado de rojo y amarillo intenso se proyectaba en los monitores y se desplazaba imperdonable en dirección a la isla de Puerto Rico.
Las ráfagas de 200 millas por hora del huracán María, sumadas a las fuertes lluvias, representaban un peligro inminente y el equipo del NWS-PR no estaba enajenado de esa realidad. A fin de cuentas, eran padres, esposos, hermanos e hijos, igualmente atrapados en lo que sería muy prontamente una isla rota, dispersa, en pedazos…

Roberto García es un hombre de temple tranquilo. Te mira directamente a los ojos al hablar, asegurándose que entiendes cada palabra que sale de su boca. Lleva 28 años laborando en el Servicio Nacional de Meteorología y ha desarrollado la capacidad de siempre caminar un paso delante de cualquier situación que se presente.
Aun así, María fue una eventualidad distinta. “Fueron momentos de mucho estrés, mucha tensión. Era muy difícil porque no hay luz, no hay agua. Tienes que lidiar con los daños que tuviste y encima de eso tienes que venir a trabajar porque todo el país depende de tu trabajo” dijo García, mientras un brillo en sus ojos delataba el rastro que dejó en él este fenómeno atmosférico.
El mismo brillo se notaba en la mirada de Ernesto Morales, meteorólogo encargado de la coordinación de alertas del NWS-PR. Ernesto es un tipo jovial, con los pies en la tierra y con la mente puesta en las cosas que más le apasionan en la vida: la meteorología y su familia. No necesariamente en ese orden.
“Fue fuerte desde el punto de vista profesional y como padre de familia. Esta es mi misión de vida, pero también tengo la misión de proteger a mi familia. Esto es algo que como familia hablamos y ellos entienden cual es mi trabajo. Pero, aun así, fue muy difícil dejar a mi familia en un evento tan catastrófico como el huracán María”, dijo en entrevista con AccuWeather el meteorólogo.

Ernesto Morales in the meteorologist in charge of coordinating warnings for the NWS-PR. (Photo by Manuel Crespo Feliciano)
Ernesto Morales es el meteorólogo encargado de la coordinación de alertas del NWS-PR.
Luego de pasar 36 horas encerrados en la oficina, les tocó asimilar el efecto que el huracán había causado en sus propias vidas. Desde daños a sus hogares y caminos clausurados por árboles caídos, hasta el enterarse que sus familias habían tenido que ser rescatadas por un helicóptero por las inundaciones que afectaron sus residencias, como fue el caso de Ernesto.
También les tocó salir a descubrir lo que María había causado en el resto de la isla; el trabajo no terminaba. Parte del protocolo del NWS luego de un desastre natural es movilizarse a realizar una exploración de daños alrededor del área afectada con el propósito de investigar y documentar el impacto del sistema en la localidad.
“Recibíamos llamadas de personas pidiendo auxilio, pues éramos el único lugar que lograban que alguien les contestara. En las comunidades, pasamos de ser meteorólogos a ser psicólogos porque la gente quería contar sus historias. ‘Eso fue un huracán categoría 6’ nos decían”, recuerda Ernesto, mientras sonríe con algo de nostalgia.
Al acercarse la fecha de conmemorar el primer aniversario del suceso, el equipo de expertos del tiempo cuenta con una lista interminable de historias y lecciones aprendidas. Entre las tareas que ya han identificado se encuentra el gestionar una mejor coordinación para la seguridad de los empleados, así como contar con mayores reservas de combustible.
También trabajan por realizar mejoras estructurales pues actualmente cuentan con una sola entrada y salida en el edificio, lo que pone en riesgo la seguridad del personal.

De derecha a izquierda a derecha los meteorólogos Walter Snell, Travis Washington, Ernesto Rodríguez, Roberto García, Emanuel Rodríguez, José Álamo y Ernesto Morales.
Son un grupo sorprendente, que todo lo aguanta y supera, como mencionó Roberto García. El NWS-PR es la única oficina federal del Servicio Nacional de Meteorología que emite alertas tanto en español como en inglés. Pero desde ese 20 de septiembre, son el único equipo de trabajo del NWS que vivió directamente la emergencia desatada por el ciclón tropical María.
“Con todo lo difícil que ha sido todo, fue un proceso muy satisfactorio porque vimos para quien estamos trabajando realmente, porque hay mucha gente que se beneficia de nuestro trabajo”, concluyó Ernesto Morales.
Report a Typo